Antecedentes

 Todo inicia en 1970 con la aparición de las firmas digitales que funcionaban en base a una tecnología denominada criptografía asimétrica. Para entender mejor, es importante conocer primero lo que significan las palabras “criptografía” y “asimetría”.

Según su origen epistemológico, “criptografía” viene del griego “kryptós” que significa secreto, y de “graphé”, que significa escritura, por lo que se concluye que criptografía significa “escritura secreta”.  Seguramente la palabra asimetría es para el lector de más fácil comprensión, significa básicamente que la una es diferente a la otra.

Entonces, criptografía asimétrica son dos claves alfanuméricas que se utilizan para el envío de mensajes (transacciones). Las dos claves pertenecen a la misma persona que va a recibir el mensaje. Una clave es pública e identifica a su propietario, por lo que se puede compartir y la otra clave es privada e identifica el contenido de la información.  El propietario debe guardar su clave privada para que solo él tenga acceso ya que podría perder la información que se encuentra segura detrás de su clave privada.

Los sistemas criptográficos garantizan que las claves sean generadas por una sola vez y no se puedan repetir, de tal manera que ninguna otra persona o entidad pueda obtener las mismas claves por segunda vez.

Para el año 1997 se desarrolló un sistema criptográfico para control del spam informático denominado hashcash. Solamente un año después, aparecieron las primeras propuestas para acuñar dinero digital con el propietario de “b-money”, el cual proponía una solución descentralizada al problema de pagos electrónicos.

En el año 2005 “Bit Gold”, proponía un mecanismo de control de la inflación basado en el mercado. Las pruebas reutilizables de trabajo (RPOW) usando hashcash como algoritmo de prueba de trabajo también fueron desarrolladas alrededor del año 2008.